CRÓNICA HUMANA DE LA BATALLA DE TERUEL Hechos y testimonios de 71 días de la Guerra Civil

Autor: Pompeyo García Sánchez

2008 (3ª edición) • 17x24 cm • 278 págs. •70 fotografías • 10 planos

Tras un capítulo dedicado a sus preliminares, esta crónica humana se adentra con precisión minuciosa en el desarrollo de la Batalla de Teruel (de diciembre 1937 a febrero de 1938), y lo hace complementando los datos fríos y objetivos a los que nos tienen acostumbrados los historiadores con un centenar de testimonios de combatientes y civiles que participaron en los hechos. Puede el lector dejarse atrapar de varios modos: tomando el libro como obra de consulta, pues una sección del mismo, titulada “La Batalla día a día”, da cuenta de todos los sucesos relevantes; buscando el emotivo aliento de quienes rememoran, en la sección “Protagonistas y testigos”, lo que vieron y sintieron durante aquellos días terribles; o meditando sobre los actos y personajes inexplicables a los que alude la sección “Absurdos y desmanes”. Y puede, en fin, seguir como en un diario la odisea del autor, huérfano de Guerra por culpa de la Batalla de Teruel, niño obligado a madurar antes de tiempo.

Sea cual sea la estrategia lectora el impulso inicial de la curiosidad llevará pronto al asombro, y a no mucho tardar a la verdadera turbación. Porque no produce otro sentimiento la consciencia de lo que aquella Batalla fue y significó: nos turban sus crueldades, sus muertos, sus heridos y sus evacuados, sus gestas heroicas y sus obstinados desaciertos, la ruina de sus edificios y la desolación de sus paisajes. Nos turba por encima de todo su sinrazón, más evidente cuanto más se sabe de ella y se analiza.

Pero piensa el autor que la Guerra también es nuestro pasado y tenemos la insoslayable obligación de conocerla. Contando con un buen número de testimonios inéditos, este libro trata de contribuir a esa empresa colectiva. Crónica humana de la Batalla de Teruel rinde singular homenaje a aquellos que desnudaron su dolida memoria, pero también a todos los que sufrieron los setenta y un días de Guerra, y a quienes nos acercamos estremecidos a su experiencia.

«Había tres o cuatro camiones esperándonos. Eran de caja de hierro, fríos como neveras pese al toldo. Conforme íbamos subiendo nos íbamos acurrucando unos junto a otros, tapados con mantas y sentados en los sacos y bártulos que cada cual llevaba» Cap. 4.